Genocidio en Gaza: ONGs israelíes acusan por primera vez a su Gobierno

Médicos por los Derechos Humanos echan luz sobre la ofensiva militar israelí: “Esto es genocidio, y está pasando ante nuestros ojos”. Cada vez más voces se alzan.

Mundo28 de julio de 2025Canal 10Canal 10
Desnutrición en Gaza
Crisis humanitaria en GazaSegún UNRWA, el 33 por ciento de los palestinos pasa días sin comer

Israel enfrenta por primera vez acusaciones de genocidio provenientes de organizaciones israelíes. B’Tselem y Médicos por los Derechos Humanos-Israel (PHRI) denunciaron públicamente que el gobierno lleva adelante una campaña sistemática para destruir a la población palestina en Gaza. Las declaraciones fueron realizadas en Jerusalén, en el marco de una presentación de informes que documentan el colapso del sistema sanitario y el uso del hambre como método de guerra.

La ofensiva militar israelí sobre Gaza se extiende desde octubre de 2023, y ya dejó más de 60 mil muertos. Según B’Tselem, “Israel ha convertido a Gaza en un infierno habitable solo para morir”. En tanto, PHRI presentó un informe titulado “Genocidio en Gaza”, donde afirma que el ataque constituye “un desmantelamiento deliberado, acumulativo y continuo del sistema de salud”.

En los últimos meses, hospitales en Gaza dejaron de recibir alimentos y suministros. Médicos internacionales que trabajan en el lugar aseguraron que “no hay leche para los bebés, ni sueros, ni vitaminas”. En algunos centros, el personal se desmaya por hambre. Según la doctora estadounidense Ambereen Sleemi, “los bebés llegan hambrientos y desnutridos, y no hemos podido rescatarlos del borde”.

Israel impone bloqueos severos a la ayuda humanitaria. Organismos como la ONU y Médicos Sin Fronteras denuncian que miles de camiones con alimentos y medicinas permanecen varados desde marzo. Por su parte, Amnistía Internacional advirtió que “Israel impide que se distribuya comida, combustible y refugios”. Mientras tanto, el nuevo sistema de reparto, bajo control militar, provocó más de mil muertes durante las entregas de alimentos.

El costo de la comida se volvió inalcanzable. Un kilo de harina cuesta 30 dólares. Un tomate también. La carne y el arroz son imposibles de encontrar. La mayoría de la población camina kilómetros bajo fuego cruzado para alcanzar los centros de distribución. Muchos mueren en el intento. La ONU asegura que Israel disparó contra personas desarmadas. Los médicos lo confirman: “Vi heridas en el torso, no eran advertencias”, dijo el doctor Nick Maynard.

La situación empeora día a día. Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA), el 33 por ciento de los palestinos pasa días sin comer. Las madres dejan de producir leche y los bebés mueren por desnutrición. “El resultado es colapso inmunológico, infecciones y muertes evitables”, alertó el doctor Hani al-Faleet desde el Hospital Mártires de Al-Aqsa.

El gobierno israelí niega las acusaciones al asegurar que su objetivo es erradicar a Hamas, organización considerada terrorista por Israel y Occidente. Pero los informes denuncian una política que va más allá. Según B’Tselem, “la destrucción es masiva, las condiciones son inhabitables y el desplazamiento forzoso es parte del plan”.

Mientras Estados Unidos se retira de las negociaciones en Doha, crecen las protestas globales. En universidades, conciertos y estadios, miles gritan “Palestina libre”. También lo hacen activistas judíos que claman: “No en nuestro nombre”. En Argentina, un grupo de intelectuales denunció que Milei es cómplice. “Se abrazó con el genocida Netanyahu”, declararon.

La Corte Internacional de Justicia aún no emitió un fallo sobre la denuncia presentada por Sudáfrica. Pero las voces se acumulan. La doctora Daphna Shochat, de Médicos por los Derechos Humanos–Israel, fue contundente: “Precisamente en este momento es importante llamar a las cosas por su nombre. Esto es genocidio, y está pasando ante nuestros ojos”. Shochat realizó esta dura acusación este lunes durante la presentación del informe titulado "Genocidio en Gaza".

Shochat expresó esa frase al referirse al uso sistemático del hambre, la destrucción de hospitales y el bloqueo de ayuda humanitaria como parte de una política de Estado. Según los informes, PHRI sostiene que estos actos forman parte de un “ataque sistemático y estatal contra el sistema de salud como parte de una campaña genocida”.

Israel controla el 70 por ciento del territorio de Gaza. La ayuda, cuando llega, es escasa y peligrosa. Las ONG temen que, sin un cambio inmediato, la hambruna se convierta en una catástrofe irreversible. “Gaza muere de hambre”, dijo el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, cuya iglesia quedó bajo los escombros hace una semana. 

Cada vez más voces se alzan, incluso desde el interior de Israel, para denunciar lo que sucede en Gaza como un crimen de enormes dimensiones. Organizaciones como PHRI y B’Tselem, reconocidas por su trayectoria en la defensa de los derechos humanos, ya no dudan en calificar la ofensiva israelí como genocidio. Sus declaraciones, respaldadas por informes y testimonios, se suman a una creciente presión internacional que exige el cese de la violencia y la rendición de cuentas por los crímenes cometidos.

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