10 años de Ni una menos: así fueron las marchas en Tucumán

El 3 de junio de 2015, el femicidio de Chiara Páez desató un grito colectivo que se transformó en el movimiento “Ni una menos”. Tucumán fue parte de esa marea.

Tucumán03/06/2025Canal 10Canal 10
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Marcha de "Ni una menos" del años 2017 en San Miguel de Tucumán.

El 3 junio de 2015 nació “Ni una menos”, uno de los movimientos de masas más convocantes de los últimos años. Mujeres hartas de la violencia machista vieron cómo la gota rebalsaba el vaso. Esa gota fue el femicidio de Chiara Páez, una joven de 15 años brutalmente asesinada por su novio en Rufino, Santa Fe. 

El hecho generó conmoción en la sociedad, pero también algo más. A través de las redes sociales periodistas de distintos medios lanzaron una convocatoria: copar las plazas de todo el país bajo un lema “Ni una menos, vivas nos queremos”. 

Según datos de Naciones Unidos, entre junio de 2015 y mayo de 2016 se produjeron 275 femicidios en Argentina. Es decir, en ese tiempo murió una mujer cada 37 horas a causa de la violencia machista. Las razones eran más que suficientes para tomar las calles, sacar la discusión del ámbito privado y exigir políticas públicas para revertir cifras escalofriantes. 

Ese año, la convocatoria colmó las expectativas. Miles de mujeres y disidencias coparon las calles y las plazas de todo el país con consignas claras. Pronto la marea inundó espacios públicos en otros países. 

Durante estos diez años de “Ni una menos”, Tucumán demostró ser uno de los epicentros del movimiento de mujeres y disidencias. Cada 3 de junio, la postal se repitió y la plaza Independencia desbordó de pedidos de justicia y de historias de mujeres que han visto vulnerada su integridad o de madres que vieron como sus hijas desaparecieron sin dejar rastro. 

Diez años después de esa primera movilización histórica, “Ni una menos” sigue siendo un grito que no se apaga. La lucha por una vida libre de violencia continúa, y las plazas seguirán siendo testigo de una sociedad que no se resigna, que se organiza y que exige justicia, sobre todo en tiempos en que se relativiza y menosprecia el activismo de las mujeres.

La fuerza del movimiento, que comenzó como una respuesta a un femicidio, hoy es un recordatorio de que la lucha por la igualdad, la justicia y la dignidad humana está más viva que nunca, y que ni una menos es, y será siempre, un grito de resistencia.

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