La UCA advierte una pobreza estructural que no cede

El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina informó que la pobreza descendió, pero advirtió que el núcleo estructural no cambia.

Nacional05 de diciembre de 2025Canal 10Canal 10

El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina informó que la pobreza descendió al 36,3% durante el tercer trimestre de 2025. Sin embargo, el estudio advirtió que la mejora sigue siendo frágil y que no existen transformaciones profundas en las condiciones de vida. De esta manera, el informe volvió a subrayar la presencia de un núcleo estructural que mantiene estancados los indicadores desde hace más de veinte años.

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En diálogo con Radio CNN Tucumán, la investigadora Solange Rodríguez Espínola explicó que los datos consolidan una tendencia observada desde 2004, cuando la UCA inició sus mediciones. La especialista afirmó: “nuestros datos vienen siendo evaluados, tenemos como una información desarrollada ya desde el año 2004, con 2010 mostrando en estos informes hacia el 2025 donde se viene observando a través de nuestra encuesta estas idas y vueltas en pobreza que si bien en este último período mejoran respecto al año 2024, lo que también demuestra es una estructura de pobreza inamovible”. Luego sostuvo que se trata de “una estructura crónica de pobreza que trasciende estas condiciones propiamente coyunturales de gestión política de los últimos gobiernos".

Además, Rodríguez Espínola remarcó que la medición que mejoró en 2025 responde únicamente a la pobreza por ingresos, basada en una canasta que incluye bienes y servicios esenciales. En consecuencia, señaló que esta metodología expone limitaciones porque “hasta qué punto esa canasta refleja una situación o hasta qué punto esa canasta está midiendo condiciones más sensibles de la población en cuestiones económicas”. La especialista subrayó que la leve mejoría no modifica el escenario profundo ni altera dinámicas persistentes en hogares vulnerables.

El informe también agregó indicadores vinculados al bienestar subjetivo, que evalúan condiciones de salud mental, estabilidad emocional y estrés económico. Este componente incluye preguntas sobre la percepción del dinero disponible, el cumplimiento de gastos mensuales y el impacto de los problemas financieros sobre la vida cotidiana. En ese marco, el estudio midió el malestar psicológico mediante un test de diez ítems que clasifica síntomas de ansiedad y depresión con distintos niveles de intensidad.

Según la investigadora, los niveles de malestar alcanzaron valores críticos en 2024, cuando el 28% de los encuestados registró alta sintomatología. “3 de cada 10 argentinos nos dicen que tienen alta sintomatología”, aseguró Rodríguez Espínola. Luego confirmó que en 2025 se verificó un retroceso mínimo al 27,5%, aunque aclaró que el descenso no modifica en profundidad las tendencias observadas. Finalmente sostuvo que estos indicadores siguen asociados a variables económicas que condicionan la vida cotidiana en los sectores más afectados.

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