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Un dispositivo grabador analizó más de 600.000 audios cotidianos de 2.197 personas en cuatro países, entre 2005 y 2018. El estudio fue liderado por la Universidad de Arizona y publicado en el Journal of Personality and Social Psychology. El objetivo fue verificar si, como dice el estereotipo, las mujeres hablan más que los hombres y cómo esto cambia a lo largo de la vida.
Los resultados ofrecen una mirada matizada. En promedio, las mujeres dicen unas 1.073 palabras más por día que los hombres. Pero esta diferencia no se da en todas las etapas de la vida. De hecho, aparece principalmente entre los 25 y 64 años.
La investigación, que retoma y amplía un trabajo realizado en 2007 por el psicólogo Matthias Mehl, utiliza tecnología especializada. Los participantes llevaron dispositivos de grabación ambiental mientras hacían su rutina. Así, los investigadores pudieron observar interacciones naturales, sin guiones ni presión.
“Existe una fuerte suposición transcultural de que las mujeres hablan mucho más que los hombres”, explicó Colin Tidwell, coautor del estudio. “Queríamos ver si esta suposición se mantiene o no cuando se comprueba empíricamente”, agregó.
Durante la adolescencia (10 a 17 años), la adultez emergente (18 a 24) y la vejez (mayores de 65), no se encontraron diferencias significativas. En esas etapas, mujeres y hombres hablaron casi la misma cantidad de palabras por día.
En cambio, entre los 25 y 64 años, las mujeres dijeron en promedio 21.845 palabras diarias. Los hombres, en ese rango etario, dijeron 18.570. Esto implica una diferencia de 3.275 palabras, equivalentes a unos 20 minutos más de conversación al día.
Los científicos creen que los roles sociales podrían explicar esta diferencia. Por ejemplo, la crianza de los hijos y el cuidado familiar recaen más en las mujeres durante esta etapa.
“Si los factores biológicos, como las hormonas, fueran la causa principal, también debería haber una diferencia de género considerable entre los adultos emergentes”, dijo Mehl. “Pero no fue así”, subrayó.
Otro hallazgo importante es que la variabilidad entre personas supera ampliamente la diferencia entre géneros. El participante menos hablador del estudio, un hombre, dijo solo 100 palabras al día. El más locuaz, también varón, dijo más de 120.000.
“Los seres humanos somos mucho más diferentes individualmente que los dos sexos sistemáticamente”, afirmó Mehl.
Además, la ciencia detectó una caída en la cantidad de palabras dichas al día. En 2005, el promedio era de 16.000 palabras. Para 2018, había bajado a unas 13.000.
“Descubrimos que, efectivamente, se pierden 300 palabras habladas de media al año”, explicó Valeria Pfeifer, coautora principal del estudio. Los expertos sospechan que esta baja se debe al uso de redes sociales, mensajes de texto y otras formas digitales de comunicación. A raíz de esto, Mehl trabaja en un nuevo dispositivo llamado “SocialBit”. Sería parecido a un Fitbit, pero para medir el tiempo de conversación diaria.
“Me fascina la idea de que sabemos cuánto tenemos que dormir o hacer ejercicio, pero no cuánto tenemos que socializar”, comentó Mehl. “Hay pruebas muy sólidas de que socializar está relacionado con la salud. Es un comportamiento saludable más”, concluyó.
El estudio marca un nuevo enfoque para pensar el habla y los hábitos comunicativos. No se trata solo de género, sino del contexto social, la edad, y las nuevas formas de interacción.
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