Odio y marginalidad: el caso del joven asesinado en situación de calle

Marcos Díaz enfrenta 15 años de prisión por un ataque que dejó al descubierto la violencia contra los más vulnerables. Un crimen que obliga a repensar nuestras miradas sociales.

Tucumán24 de julio de 2025Canal 10Canal 10
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Una tragedia que expone el odio hacia los más vulnerables

La muerte de Ramón “El Menor” Núñez abrió un debate más allá de lo judicial. La justicia tucumana busca condenar a Marcos Antonio Díaz por el homicidio ocurrido el 25 de mayo de 2024 en la capital. El ataque se produjo cuando el acusado disparó contra tres jóvenes en situación de calle.

El hecho ocurrió cerca del club El Cruce, en la esquina de calle La Plata y pasaje Santillán, donde uno de los proyectiles mató a Núñez en el acto. Ahora, la Fiscalía pide una pena de 15 años de prisión en una causa que desnuda violencia, odio y estigmatización hacia la pobreza.

El juicio entró en su segunda etapa este miércoles 23 de julio de 2025. La audiencia se lleva adelante en los tribunales capitalinos con la dirección del juez Alejandro José Benjamín Valeros. La investigación fue impulsada por el fiscal Carlos Sale, titular de la Unidad Fiscal de Homicidios II, quien trabaja junto a la investigadora Lucila Arrieta. En la primera parte del debate se determinó la responsabilidad penal de Díaz como autor voluntario de homicidio agravado y tentativa de homicidio.

El ataque se produjo la madrugada del 25 de mayo de 2024, alrededor de las 6:15. Según la investigación, Díaz encontró a tres jóvenes sin techo —Ramón Núñez, Cristian “El Porteño” Baeza y Hugo “El Menorcito” Rodríguez— que dormían cerca del club El Cruce. Al verlos, comenzó a incendiar colchones y frazadas, y luego disparó contra ellos con una pistola 9 mm mientras los perseguía. Uno de los disparos impactó por la espalda de Núñez y atravesó su tórax, provocándole la muerte inmediata.

La escena continuó con extrema violencia. “El Porteño” Baeza fue alcanzado por Díaz y golpeado con la culata del arma, mientras otros dos hombres que acompañaban al acusado lo atacaban con un cinturón, patadas y golpes. Después de la brutal agresión, los atacantes huyeron en un automóvil, llevándose el arma homicida.

El fiscal Carlos Sale fue contundente durante los alegatos:

Debemos analizar la vulnerabilidad de la víctima que se encontraba en situación de calle. Vemos que se trató de un caso extremadamente violento en el que se arremetió contra la integridad de tres personas. La situación fue gravísima, con el uso de un arma de fuego de grueso calibre. La extensión del daño es irreparable ya que se trata de la pérdida de una vida.

En la audiencia declararon testigos y la madre de la víctima, completando la etapa de pruebas. Este jueves 24 de julio se espera la última palabra del acusado, la deliberación del tribunal y la sentencia definitiva.

El caso de Núñez abre una reflexión social. La figura del pobre o el marginal sigue siendo estigmatizada, cargada de prejuicios y desprecio. Comentarios violentos y miradas de exclusión parecen haber calado hondo en un contexto social atravesado por la desigualdad. Este crimen, más allá de la condena que se espera, obliga a preguntarnos hasta dónde puede llegar el odio hacia quienes no tienen nada.

En la primera fase del juicio, Díaz fue declarado responsable de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” en perjuicio de Núñez y por “homicidio agravado en grado de tentativa” contra Baeza y Rodríguez. La Fiscalía asegura que hay pruebas suficientes para que la pena sea ejemplar, pero el trasfondo es inquietante: un ataque letal dirigido contra quienes vivían en situación de calle, despojados incluso de su derecho más básico, la vida.

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